aquel martes por la tarde
me levante solo a mirarte
apreciar los tonos de flora
el pistilo de la floricunda
me paraliza
al momento de tocar mi boca
perderle la mirada
consecuentemente perder el remo
naufragar en tus caderas
perder mi hogar sin ninguna queja
porque el arco de mis piernas
es más importante que los gritos de pena.
Leave a Reply